Generalizar no es bueno, pero es bastante divertido. Es lo que hacen los publicistas de Heineken, cuando muestran a las chicas entusiasmadas con el super-vestidor de su amiga y sin embargo los chicos les superan en entusiasmo con la habitación frigorífica repleta de cervezas.
La compleja mente femenina les hace seres superiores pero como contrapartida encuentran más obstáculos en la búsqueda de la felicidad. Les gusta el vestidor de su amiga pero un pequeño sentimiento de resquemor y envidia les corroe por dentro.
La simple mente masculina, con cuatro neuronas y del tamaño de una nuez en los casos de cerebros sobredimensionados, tiene más facilidad para hayar la felicidad con pequeñas cosas como una cervecita o una reunión con los coleguitas.
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